Recordáis del tema de los consejos que explicaba aquí? Pues yo ya ni me acuerdo del tiempo que ha pasado desde que escribí esa entrada ☉_☉ … ahí, que se note que ya soy padre y me aplico en ello!
Superado el segundo trimestre. Ya solo queda el tercero!
Una vez digerido el tema de las horas de sueño y temer por nuestro descanso e integridad física al no descansar, quedaba todavía mucho por hacer y cada vez menos tiempo para hacerlo con lo que tocaba centrarse.
Nos pusimos manos a la obra con los preparativos para la llegada del bebé (En éste post también la llamaremos «La Vieja» por ejemplo 😀 ) y aunque ya teníamos una «wish list» o lista de la compra que hicimos durante el primer trimestre debido a las presiones familiares, todavía quedaba mucho por hacer.
Preparar la habitación. El (puto) reto.
Bien, lo fácil fue ponerse de acuerdo en lo que quedaba por comprar cómo ropa, moisés, ropa de cuna y demás chuminadas y cachivaches.
La parte «difícil» vino con… la habitación de «La Vieja»!
Elegir el color fue bastante sencillo, teníamos claro que ni azul ni rosa por la sencilla razón de no utilizar colores socialmente asociados a un género así que, después de una deliberación bastante rápida, elegimos el verde.
Una vez hecho esto, y no contentos con tener el color, pues oye, que mejor si pintamos en distintos tonos… claro, es que uno solo quedaba sosísimo 😀
Teníamos lo más importante y esencial, la habitación iba a ir en verde y en dos tonalidades distintas de verde. Ahora tocaba decidir las tonalidades 🙂
Después de mucho mirar por distintas tiendas y cadenas de bricolaje (De cuyo nombre quiero acordarme…), terminamos por decantarnos por dos verdes entre pastel y verde-vivo-de-selva-frondosa-amazónica.
Ya teníamos los colores elegidos y la cantidad de estos comprada. Joder sí! Y Solo nos debió costar cómo medio mes! Bien! a partir de aquí, ya solo podía mejorar… 😀

Pues bueno, sí… y no. Ahora quedaba reubicar todo el contenido de la habitación que pasaba de «despacho» a habitación infantil así que tocaba vaciarla, pasar «chapa y pintura» a las paredes y al (Puto) armario empotrado (del jodido averno), cambiar interruptores, enchufes, revisar la ventana (que era de madera y estaba la pobre que no aguantaba más), poner los muebles nuevos, montar la(s) cuna(s)… Vamos, diversión desenfrenada y asegurada! (ง •̀_•́)ง
La familia y los amigos. Ese gran tesoro! (De verdad <3)
Durante el tercer trimestre, aunque paradójico por tener muchas ganas ya de ser padre, todo fue jodidame… muy rápido. En general, todo el embarazo lo fue, pero el tercer trimestre más.
Del mismo modo, la familia y los amigos también se fueron volcando durante todo el proceso pero, el tercer trimestre, pareció que todavía lo hicieron más.
Por si todavía hay algún despistado que no lo tiene claro, tener un bebé es una puta locura de gastos y gracias a ellos, íbamos tachando la lista de los deseos con todo lo que necesitábamos (Cuna, mochila, cambiador, hamaca, parque, carrito de bebé…), nos llegaban montañas de ropa de bebé (Parece trivial pero salva la puta vida) y nos íbamos enterando sobre pijadas útiles que todavía no sabíamos que íbamos a necesitar! 😀
En todo caso, es muy posible que todo lo que nos quedó pendiente para el tercer trimestre, contribuyera a que éste tiempo pasara mucho más rápido y así fue, pasó, cómo todo, y llego el día del parto… aunque esto ya es tema para otro post 😉
Para terminar, quiero aprovechar para expresar que:
Hemos agradecido, agradecemos y agradeceremos infinitamente a todos los que aporataron y siguen aportando incansablemente su granito de arena y hacen que nuestra nueva vida sea mucho más tranquila y podamos disfrutar muchísimo mejor de la experiencia de ser padres.
OS QUEREMOS INFINITO A TODOS! <3 :*